Difícil de olvidar.

By mOree
Acostada y con la televisión encendida se encuentra ella hablando por teléfono como lo hace cada noche y a la misma hora. Conversa con su pololo, de hace más de un año y medio, que vive a unos 70 kilómetros de distacia. Hablan de lo que hicieron en el día a pesar de que se habían visto como siempre, la relación no iba del todo bien, de hecho hace unas semanas tuvieron una de las más horribles discusiones que ni siquiera vale la pena sacar a relucir. Todo iba bien hasta que a ella se le ocurre emitir una pregunta que días después se dio cuenta que nunca debía haberla hecho.

- Y... ¿Me vás a invitar a tu cumpleaños?
- Mmmmmm... no lo sé.

Ella se queda en silencio y emana una lágrima inaudible por el otro lado del auricular.

- ¿Por qué no lo sabes? -pregunta un tanto confundida, aunque ya sabía cual era la respuesta.
- Porque quiero pasar un cumpleaños tranquilo, sin estar pendiente si te va a molestar algo. No quiero que me hagas escándalos por nada.

Aunque su voz tiritaba un poco, ella por primera vez lo sentía seguro de lo que estaba diciendo. No aguantó más y al fin ella explotó en llanto sin poder calmarce. Lloraba descontroladamente preguntando por qué, sabiendo exactamente cual era la maldita respuesta.
Siguieron discutiendo por teléfono cerca de 2 horas, hasta que se resignó.

- Ya no tengo nada más que hacer ni que decir, todo está hecho y te comprendo. Haré lo que me pides aunque me duela mucho porque yo te amo.

No pudo dormir bien esa noche. Al día siguiente ella se fue a estudiar con los ojos hinchados de tanto llorar y totalmente ida, pensando en lo que había pasado y todo lo que eso significaba. Llegó a su casa y él se encontraba ahí, sentado en el computador con cara de querer irse para siempre. Le preguntó si quería almorzar y él le dijo que no, que se iba a ir a su casa, que solamente se había ido a despedir. Las lágrimas empezaron a florecer de inmediato y ella se dirigió a su pieza derrotada finalmente.

- Guagua, no te pongas así anoche ya conversamos todo y no hay vuelta atrás -le dijo él.
- ¿Cómo quieres que no este asi? si yo te amo. ¿No entiendes eso?
- Si lo entiendo y yo también te amo, pero tu sabes que esto ya no puede seguir. Necesito estar tranquilo.

Y otra vez el llanto inunda la habitación llena de recuerdos, lamentablemente, malos.

- ¿Te puedo abrazar un rato? -le pregunta a ella.
Y con un movimiento de cabeza le responde que si. Se hechan en la cama y lloran juntos como niños asustados por lo que pudiese pasar más adelante. Después de un rato se separan y se dirigen a la puerta para despedirse finalmente.

- Ya no llores más, cuidate mucho, que te valla bien en todo, te amo wawa y por favor no hagas ninguna tontera -le dice él a su ex polola...
Ella le expresa lo mismo. Le da el último beso y finalmente él sale por la puerta principal, por la que nunca más lo volvió a ver entrar.